Imposibles y posibilidades, esto viene a decirnos la cuarta historia de realismo existencial que nos expone el Dr. Alfredo Rubio de Castarlenas (Barcelona, 1919-1996)*. Él, Alfredo, conversa en varias ocasiones con Regina y en sus charlas intenta que ella pueda sacar conclusiones sobre su existencia.
Quienes la conocían afirmaban que su vida era una tragedia. Hija de una prostituta y un padre desconocido. A sus 18 años sólo quería ser otra persona y vivir en otro país y en mejores circunstancias. El Dr. Rubio intenta hacerle ver que sólo gracias al encuentro de ese padre y madre ella ha podido existir. Pero a veces, el resultado de hijos no deseados es padres y madres no deseados. Y vidas no deseadas…
De manera pedagógica, el autor nos hace ver que somos como somos o no existiríamos. El como es vital, porque no se trata únicamente de aceptar que existimos, sino también la forma en que existimos y en que existe lo que nos rodea. Imposible cambiar las circunstancias que han posibilitado la existencia.
Sin embargo, de la aceptación de esa imposibilidad, nace la posibilidad de cambiar nosotros ante las circunstancias de nuestro engendramiento y también ante nuestras características concretas.
Y, toda esta tesis, ¿qué luces y sombras arroja sobre la Historia?
Para los contemporáneos, para los existentes aquí y ahora, es imposible cambiar la Historia, tanto la remota como la reciente. Lo que ha sucedido, ya ha sucedido. Y ha dejado el germen de los acontecimientos del presente y de las personas que existimos en este momento. Pero esta imposibilidad no es, o no ha de ser, paralizante, al contrario, simplemente aporta la materia prima sobre la cuál transformar el presente. O transformarnos en el presente.
Si entendemos la Historia como contenedor, como límite, es precisamente este límite el que posibilita los acontecimientos tal y como son. Y esos acontecimientos fueron el germen de nuestra existencia como personas, pero también como pueblos, instituciones y grupos humanos.
Si hacemos presente alguna “tragedia”, como la vida de Regina, pongamos por ejemplo una invasión a nuestro país, ésta es una de tantas causantes de que existamos los contemporáneos. Y si, además, de dicha invasión se fue dando un mestizaje entre las personas que ya habitaban estas tierras y las que venían a conquistarlas, es más evidente que sin aquel acontecimiento no veríamos la luz los presentes. Y no sólo el mestizaje humano, genético, sino también la hibridización cultural. Las instituciones, las costumbres, la gastronomía, todo lo que aportan las culturas cuando se mezclan hace que el fruto de dicho encuentro sea como es o no sería.
Si no, cada quien haga un repaso a su biografía. Y de su biografía trascienda a la historia de su familia, de su pueblo, de su nación y podrá comprobar cómo somos hijas e hijos de la fusión y que la fusión engendra seres, realidades, sirtuaciones humanas únicas e irrepetibles. Es imposible desandar y deshacer estas consecuencias.
Pero una consecuencia no es una condena. Es, por el contrario, la posibilidad de generar nuevas combinaciones desde la libertad, sólo si se es consciente de cómo se es y de qué se dispone para propiciar cambios.
* RUBIO DE CASTARLENAS, Alfredo. 22 historias clínicas -progresivas- de realismo existencial. Edimurtra: Barcelona, 1985.